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Día 6 de Junio.

Hola. Escribo por aquí porque no contestáis al teléfono. Si podéis leer este mail contestadme cuanto antes. Estoy en casa de la abuela. Me he conectado con su portátil. Estoy bien, y la abuela también. Pero estoy muy preocupada. Esta mañana los vecinos han estado cortando el paso en la puerta del portal con todo tipo de cosas, hasta la han soldado para que cueste más tirarla abajo. La abuela dice que seguro que estáis muertos, pero yo no puedo hacerme a la idea de no tener padres. No puedo dejar de llorar, así que espero que no hayáis olvidado la forma de abrir el correo. Me pilló todo ayer, empezaron a entrar bichos de esos en la discoteca. Unos cuantos salimos por la puerta de atrás y me vine aquí corriendo porque quedaba más cerca. Cuando deje de escribir me voy a morir de miedo. En la tele ya no dicen nada, no emiten. Si leéis esto contestadme por favor, antes de que se vaya la electricidad.
La abuela dice que ya había soñado con esos bichos. Creo que está delirando. Mientras cenábamos ayer muertas de miedo le hablaba a una silla vacía como si el abuelo aún estuviera vivo. Voy a seguir llamando por teléfono. Contestad, por favor.

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Día 6 de Junio.

Vuelvo a ser yo. Espero que no hayáis contestado por no haber visto el mensaje. Tengo que seguir escribiendo. Esta mañana a las siete hemos oído ruido en el lavabo. Nos hemos dado un susto de muerte. Uno de esos bichos se ha colado por el bidé, no pensaba que fueran tan pequeños, había un líquido verde en el agua. Hemos puesto un mueble delante de la puerta. Al cabo de una hora he entrado y ya se había ido. Hemos tapado el bidé como hemos podido. Son pequeños, como una bola peluda con una boca, como los Critters de aquella peli que veíamos cuando era pequeña, pero sin pinchos. O eso es lo único que he podido ver. Supongo que tienen mucha resistencia, pero no tienen mucha fuerza, o eso creo. Aún estoy esperando despertar. La abuela no habla. Estoy cagada de miedo. Contestadme. Cada vez que miro por entre las tablas que hemos puesto en las ventanas, veo a esos bichos arremolinados enfrente de todos los portales y las tiendas. Se mueven con rapidez. Hay gente que les tira pan y se lo comen como si fueran termitas. Es raro que aún haya electricidad, porque todo parece haber muerto, parece el fin del mundo. Y también es raro que tanto en el ordenador como en mi reloj, la fecha sea de ayer. Estoy segura porque me fijé: ayer era día seis. Será una tontería o que ya estoy alucinando. Decidme que estáis vivos, por favor. Contestad. Me da miedo dejarlo, dejar de estar ocupada. Yo no esperaba morir de una forma original. Quería tener una enfermedad, un cáncer por culpa del tabaco o morir de vieja. No quiero que me mate algo que no sé lo que es. Puedo aceptar morir, pero no de esta manera; esto supera a cualquiera. Contestad. Contestad. Contestad. Contestad.

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Día 6 de Junio.

La abuela ha vuelto a hablar esta mañana. Para decirme que acepte que habéis muerto. Ahora mismo me está diciendo que por qué os escribo. No lo sé; supongo que por lo mismo por lo que la gente reza.
Voy a morir. Y creo que ahora que sé que voy a morir, me estoy dando cuenta de que me gusta esto, escribir, aunque sea a nadie, para mí misma. Si mañana pudiera seguir viva creo que escribiría un diario, aunque parezca una cosa de crías. Serviría para desahogarme. He buscado fechas referentes en cuanto al pronóstico de algún Apocalispsis previsto en este siglo, o incluso en este día. Tanto en mi reloj como en el ordenador sigue siendo seis de Junio, el tercero: 666. Aunque la verdad es que me importa poco si el Diablo es el culpable de esto. Además, si llego a las seis de la tarde, sé que lloverá. Por internet se dicen todo tipo de chorradas. He recibido mails de despedida, de gente que ya puede estar muerta. Ahora mismo puedo oír el murmullo de esos bichos. Dicen que se multiplican en contacto con el algodón transgénico, que se ha podido probar. Me he reído por primera vez en días, no sé por qué, cuando he descubierto que los billetes están hechos de ese material. El dinero. Parece una ironía. Por más de esos bichos que maten, no son capaces de acabar con ellos. Están amontonados en la calle, literalmente amontonados; la masa ya llega hasta el cuarto piso, y ahora está creciendo muy rápido; de algún modo rozan unos con otros y cada vez hay más. Eso parece. Esa especie de silbido que sueltan ya se escucha a través de las ventanas. Hasta que lleguen al sexto piso, ése es el tiempo de vida que me queda. Tarde o temprano, por la presión, los cristales y las persianas ceden, junto a cualquier otra cosa que pongas para tapiar la entrada. Les oigo corretear a través de la puerta del piso, pero no son capaces de atravesarla, de algún modo han conseguido entrar a la escalera; aunque es muy probable que la mitad del corredor ya esté lleno de ellos. El mismo seis tres veces, el mes número seis, el sexto piso… supongo que lo del sexto piso ya es casualidad. Esto es un final no apto para escépticos. Cuanto más cerca está el momento de morir, más relajada me siento.
He mirado por la ventana y a los bichos les falta un piso; un piso más y entrarán aquí y me devorarán por fuera y metiéndose por mi boca. No he tenido valor como la abuela, que ya hace rato que se metió con un cuchillo en el lavabo, sin ni tan siquiera decirme nada. El suicidio no es una opción. Hasta me he levantado a tomar una aspirina, porque ya tengo el silbido de esos bichos metido hasta en la compresa. Ya no queda tiempo de pensar, y tengo una sonrisa torcida en la cara. El diablo ha enviado unas termitas para humanos. El planeta ya no se tendrá que preocupar más de nosotros. Vamos a pasar a formar parte del abono, de la basura y la mierda vertida durante siglos en bosques y océanos. Jódete Anne Rice, a ti nunca te ha mordido un vampiro, pero yo estoy describiendo un Apocalipsis de verdad. El cielo está nublado igual que ayer y antes de ayer; las nubes se mueven con rapidez, y aunque aún son las cinco de la tarde y no lloverá hasta las seis, esto tiene toda la oscuridad y suciedad de algo sacado de la Biblia: La plaga que Dios se reservó para poner fin a todo esto el día que se le cruzaran los cables. Le puedo imaginar cabreado porque dos secretarias del cielo se hayan negado a chupársela hoy. “Soy Dios, maldita sea, tengo derecho a relajarme”. Siempre he imaginado a Dios como un putero, un borracho que no sabe llevar las cuentas de su negocio. Y aún hay electricidad, por alguna razón estos bichos no se comen los cables, ni roen coches o destrozan los árboles; sólo comen gente; gente y comida, aunque para ellos decir esto podría ser redundante. Seguiremos teniendo vías de información, Internet, radio, televisión, pero sin humanos que puedan actualizar las noticias o jugar y retransmitir de la forma más subjetiva y tendenciosa posible el próximo partido de fútbol. Y hace tres días que no me cambio de bragas. Y creo, mamá, ahora que sé que se acabó todo y que no hay cielo ni Dios ni infierno en el que encontrarnos, que puedo decirte sin miedo en este mensaje que no leerás, que me has parecido una madre de mierda, horrible, solucionando mis crisis infantiles a bofetadas; igual que tú, papá, que seguramente quisiste abortarme tendiendo en cuenta el cariño que me tuviste. Con lo fácil que es conseguir condones. Más os vale que no haya infierno, porque os aseguro que si hay al llegar os daré una patada en el culo. Quiero transmitiros mi odio, no quiero irme en paz, quiero abandonar esta mierda de sitio con odio en mis entrañas, que me salga por las puntas de los dedos, por los ojos y por la boca; quiero disfrutar de este suicidio colectivo asistido en este día seis eterno. Oh, gran ser supremo, seas quien seas, gracias por bajar y poner punto y final. Mide el radio del planeta, haz cuentas y prepara explosivos espirituales para colocarlos en el puto núcleo interior. Somos la raza menoslfjñ….. somo….xsd,jz.yttttt6666666666

[He visto por varios blogs un video que no voy a resistirme en poner; un gran montaje de imagenes con películas que hemos visto en 2008 y otras que veremos en 2009. Prohibido perderselo. Autoría del video y nombre del grupo y de la canción al final.]

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6 comentarios en “666/6

  1. Jordim anda apocalíptico últimamente.
    Me pregunto si te sucede siempre con los cambios de año o si es que estás tramando algo.

    La prosa, tan pulcra y ágil como casi siempre.

  2. Un par de frases muy buenas por ahí 🙂 Me hace gracia que la prota diga que quiere morirse de algo normal como el cáncer porque precisamente en estos días hemos visto una peli italiana llamada «Las Consecuencias del Amor» en que uno de los personajes quería precisamente lo contrario, es decir, una muerte rocambolesca.

  3. «En Oskar y Azumi», tu anterior apocalipsis, sugerías una sociedad en la que entre una relación sexual y otra era necesario leer y pasar un control de lectura de al menos cinco libros; cuando, en nuestro mundo, con tener que leer diez páginas de cualquier libro subiría sorprendentemente la media de lectura.
    Este último apocalipsis produce mayor inquietud, incluso un escalofrío a recorrido mi espalda según leía la primera parte. No tener una garantía de muerte ajena o propia, como anunciaban los medios de comunicación sobre el meteorito, causan una incertidumbre mucho más aterradora, como la de que algo pueda matarte y no sepas qué es.
    Buen desahogo final, muy expresiv666

  4. A la cuarta frase consigues que siempre les coja cariño a tus heroínas. Me encanta la evolución de esta, del primer «estoy preocupada por vosotros» al «os odio». La sinceridad de la desesperación. O la sinceridad en los momentos desesperados.

    Besos.

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