Un puto parque

Estaba exultante, esta mañana me he levantado de buen humor, con el pie derecho, a las diez, involuntariamente empalmado. Me he dado una ducha y he desayunado como la gente en las películas: de día, tostadas, zumo. Siempre me tengo que levantar de noche y amargado. Pero hoy me he levantado de buen humor, con el pie derecho, y de día y las tostadas… Y luego he salido a la calle, descansado, es decir, de verdad descansado, sin ganas de volver a la cama como cuando me levanto a las cinco y media. Y en lugar de ir a desempeñar un trabajo que odio en secreto y que me está secando por dentro, en lugar de eso, he ido a dar una vuelta, tranquila y relajadamente. De verdad, hasta he sonreído solo sin saber por qué, sin querer morirme diez minutos después de haber despertado, sin querer volver a la cama. Es decir, feliz, creo, como la gente de los telefilms de sobremesa que prosiguen con secuestro y madre hundida. Como esos telefilms pero sin la parte del drama. No me he sentido mal, ni un mal presagio, ni por un momento me ha deprimido el pensamiento del lunes; de los lunes que quedan hasta la muerte. Y con ese ánimo de sábado, definitivamente condicionado pero optimista, me he sentado en un banco, en un parque, uno de ellos, de los que hay por la ciudad; no sé, nunca sé las direcciones ni los nombres de las calles. Era un parque, ya sabes, un puto parque de esos donde algunos ancianos dan de comer a las palomas para combatir la soledad. Todo irradiaba vida y color, no había sufrimiento. Ahí, en ese parque soleado empapado de fin de semana, he esperado sin más al mediodía. Y luego, mientras miraba sin observar, imbuido en mi propio bienestar, ha pasado algo.
Al volver a casa le he dicho a mi madre cómo he visto desvanecerse al anciano allí en medio, y que su mujer ha comenzado a llorar arrodillada pidiendo ayuda, y que el señor parecía haber muerto, y cómo yo he dejado de sentirme bien, y lo del tumulto y la ambulancia. A lo cual ella, ha asentido y me ha dicho: ¿Quieres patatas fritas con la ternera?

[En el video, una bonita canción, de la bonita «Russian red». Y en la foto, inquietante imagen de la película «Déjame entrar», o en su título original:Le the right one in, adaptación de la novela del mismo título, que recomiendo a los que busquen algo más (mucho más) que Crepusculos.]

dejame-entrar

9 comentarios en “Un puto parque

  1. Seguro que tu madre te notó preocupado y por eso quiso alegrarte el día, ofreciéndote las patatas fritas…..
    Me ha gustado, como casi todo lo que escribes, Jordim…

  2. No creo que los lectores de Crepúsculo sean los mismos que los de Déjame entrar, aunque vayan por derroteros parecidos.

    La frase del pan del anterior relato se merecía un relato, aunque fuera corto. ¡Es genial!

    Aún así, hay algo que no acaba… Es demasiado larga la introducción de la frase clave. Tal vez sea mi opinión, pero quizás te sirve de ayuda…

    Los días que empiezan con tan buen pie ¡son tan agradables! …hasta que se tuercen.

    😉

  3. Gracias Vicky. De todas maneras mi madre no suele hacerme esas preguntas… Recuerdo que esto no es un blog personal. Y en cuanto a la pregunta, digamos que busca otro efecto…
    Un saludo María. En lo de Déjame entrar… bueno, de eso se trata precisamente, de que no nos conviertan en público de diseño.

  4. Uis, Jordim, pensé que tenías más sentido del humor y que hilabas más fino… Pero claro, quizás tampoco has captado lo que yo quería decirte, y por supuesto que sé que no es un blog personal… Mil perdones si te he contrariado… Nada más lejos de mis intenciones….

  5. Todos somos blanco factible de la publicidad Espantapajaros. Pero se trata de serlo lo menos posible, y de formarse un criterio propio al margen de modas y etiquetas, aun con el bombardeo de información interesada.
    Ah, y quizá te podrías haber expresado más educadamente, he estado a poco de borrarte el comentario sin más…

  6. Por cierto, que no te di las gracias por aquí por darle bombo y platillo a la de la vampira, y que lo agradecí porque así me animé a probarla!

    P.D. Preciosa Lily Cole en la cabecera, qué pelirroja más guapa 🙂

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