Primera cita con Helena de Troya

Porque el amor es el mejor truco para conseguir sexo. Y porque es más barato beber café en un sitio que huele mal y tiene el volumen de la televisión demasiado alto, estuve yo mucho tiempo agazapado mentalmente, aunque físicamente sólo estuviera casi siempre sentado, y pareciera alguien al uso que nunca lee y sólo espera poder seguir haciendo la compra semanal.
Desde crío he estado metido -literal o metafóricamente- bajo las faldas de mamá, esperando oír ruido de tacones, asomándome de vez en cuando para ver otras faldas cuyas propietarias estuvieran dispuestas y no se asustaran fácilmente.
Fluía la sangre por mi cuerpo, más bien aburrida, como ancianos dando vueltas por una feria de muestras, recogiendo folletos mientras el tiempo se acaba.
Fumaba yo veinte cigarrillos al día y el cáncer no llegaba, me sepultaba en ciencia ficción esperando milagros, entendiendo que la creación artística humana consigue lo que jamás consigue el ser humano en sí mismo para con sus congéneres: coherencia, perfecta sugestión, belleza anti-arrugas, inmortalidad.
Porque una inyección letal es una buena idea en un mundo en el que muchos creen sufrir por culpa de Eva. Todo puede ser fe con el estómago lo suficientemente vacío, con los suficientes políticos rondando, con todos esos millones de optimistas aún sonrientes aunque ya estén hirviendo en la olla con la tribu bailando.

Estaba yo así, a medio camino de mi tumba, con cuarenta años recién cumplidos, con montones de libretas llenas de garabatos que nadie ha leído nunca. Poesía. Mi padre me dijo de crío que la mayoría de las mujeres no leían ni la etiqueta del champú, así que menos iban a leer poesía. Yo no paraba de construir textos sobre atardeceres, los putos atardeceres. Siempre me han encantado y siempre me han recordado a la muerte. Es la muerte del día, el reloj corre, otro tren ha pasado, no has aprovechado otra oportunidad… Todo ese rollo de manual de supervivencia.
Tengo centenares y centenares de fotos gracias a la tecnología. Antes alguien sacaba un par de álbumes y podías estar media hora entretenido. Ahora, a ese ritmo, necesitaría dos semanas para comentar y reconocer todas las fotos. Según todo ese material he vivido en un delirio de felicidad, siempre sonriente y a gusto. No hay modo más directo de deprimirse que mirar atrás; si has tenido malas experiencias, por eso mismo, y si las has tenido buenas, por eso mismo también. Pero todos son adictos a la memoria selectiva. Desde el momento en que empiezas a mirar fotos cada dos por tres en tu vida, menos queda del presente, más desaprovechas el momento. Y luego son esos mismos nostálgicos los que te vienen con el Carpe Diem por bandera. Esos recuerdo-adictos, que diría Palahniuk.

Así que ahí estaba yo, a mis cuarenta, soltero, viviendo solo. Y la vida era aburrida y previsible, porque la mujer que yo quería no solo tenía veinticinco años, además era la novia de un colega, un colega también de cuarenta años, amigo mío desde que nos cagábamos en los pañales, con quien jugué en el parque, con quien comencé a salir, a quien abracé borracho, alguien a quien he mentido, he dicho la verdad, he hecho reír, he puteado; lo que viene siendo un compañero de vida, de oxigeno.
Y él, divorciado igual que yo, va y se liga a la jovencita. Y no la quería, sólo quería tener algo más que porno. Pero el amor es el mejor truco para conseguir sexo. Así que lo que él me decía al principio es que estaba enamorado, me lo prometía, se hubiese cortado un dedo por ella, y así una multitud de etcéteras color rosa condón.
Capullo de mierda…
Le odié desde el mismo momento en que me presentó a esa Helena de Troya, esa post-universitaria adicta a Bukowski. Bukowski… Mi colega era de los que sólo se leían la contraportada de los libros para hacer los comentarios de texto en el colegio. Su última “lectura” fue un libro juvenil sobre perros parlantes que aprendían grandes lecciones de la vida.
Al principio la muchacha sólo me pareció una prueba de resistencia, sólo podía pensar en maratones de sexo cuando la veía. Pero luego la conocí, y me salió el poeta barato de dentro, aullando atardeceres, agilipollado perdido. Esa chica recitaba poemas de Bukowski de memoria, podía hablar una hora seguida sobre cualquier tema sin que te doliera la cabeza. Y luego, su encantadora timidez, los gestos… En fin… Atardeceres, me gritaba mi mente. Te mueres, me decía. Ya fumas dos paquetes al día y te cuesta unos dos minutos ponerte cada zapato con esos michelines. ¡Atardeceres!

Salíamos a garitos en grupo, todos, yo, mi colega, los colegas, Helena… Todo iba bien, eso parecía, nadie tenía problemas, todos estaban satisfechos con sus parejas, sus vidas, la rutina. Ya teníamos todos una edad, pero seguíamos activos, cenábamos juntos, íbamos al cine, incluso algunas veces a la discoteca. A esas alturas yo era el único que no había dejado el tabaco o estaba intentando dejarlo. Mi divorcio ya quedaba muy atrás. Había conocido a una chica de veinte a los veinte y nos casamos a los veinticinco; no debimos calcular bien, aún nos quedaba mucha vida por delante, y el cura no hizo desaparecer al resto de las personas. Así que con treinta y dos años, después de tontear ambos con otros, decidimos separarnos. Fue una separación amistosa. Aunque no debió serlo del todo, porque no volvimos a llamarnos. Y menos mal, al menos no tuvimos ningún hijo al que putear con la vida real.

Siempre se me daba muy bien disimular. O eso creo. Nadie sabía que ya no necesitaba porno para masturbarme. Aunque el sentimiento de culpa hacía que lo intentara, y cuando veía a todas esas ninfas gimientes, la cabeza siempre se me iba a otro lugar, y tenía que cerrar los ojos para poder correrme.
Sólo funcionaba una fantasía, o varias, pero siempre con la misma protagonista. Era la primera vez que yo era tan patético como mis poemas.
Y pasó un año, año y medio. Y mi colega llegó a decirme que ya solo seguía con ella por pereza, por desgana de ir a por otra, eran amigos y eso estaba bien. Tenía razón en base al pensamiento popular. Porque si tienes pareja estable sales mejor en las fotos, vas a las bodas, eres adulto, has madurado, etc. Es, ya estés siendo o no sincero contigo mismo, apariencia. Y para la mayoría de gente eso lo es todo. Necesitan mirar a un lado y ver su tele, mirar al otro y ver un sillón, y tener siempre rondando por casa a una chica a la que puedan llamar novia o mujer. Es el lote completo. Es, tal y como casi todos planean su futuro, el ideal perfecto de vida. De ahí a que yo me casara tan convencido a los veinticinco: ya lo había logrado, ya estaba, ya sólo quedaba ir tirando.

Mientras toda esa gente iba por ahí proclamando el Carpe Diem aun embarcados en hipotecas de tropecientos años, yo volvía a ser un adolescente enchochado con la delegada de la clase. Creí que al paso del tiempo se me pasaría, que quizá no sería más que una obsesión, envidia, o mera atracción sexual convertida en mito. Pero no, cuando sacaba a mi pene de paseo seguía teniendo que cerrar los ojos al final.
Dadas las tópicas circunstancias de historia de amor barata, y ya harto, decidí hacer algo.
Obviamente el plan no fue quedar con la pareja y decirles la verdad. El mundo es un lugar retorcido demasiado a menudo. Por más que mi colega le diera más o menos la misma importancia a su coche que a su novia, era demasiado orgulloso para dejar que las tornas cambiaran. Alguien templadamente reflexivo y optimista me hubiera dicho que hablara con él a solas, que le dijera que lo que para él sólo era un coño veinteañero para mí era mucho más, y que estaba sufriendo por eso. Pero como digo, las cosas no suelen funcionar así. En general somos egoístas, posesivos y crueles en el fondo; nos gusta el poder, sentirnos siempre orgullosos; tiramos bombas, nos matamos entre nosotros, nos ponemos histéricos conduciendo. Somos humanos.
De modo que la acción inteligente, sincera y altruista, ráramente tiene cabida.

Tenía que ser una carta anónima, depositada en su buzón. Algo agresivo. La idea era que mi colega pasara de problemas. Era mi oportunidad de alejarla de él y perseguir una cita con ella al cabo de un tiempo; teníamos cosas en común, éramos amigos, tenía su teléfono. Ella aceptaría verme, y yo se lo soltaría todo.
Si era verdad que mi colega ya sólo estaba en esa relación por apariencia, quizá un último empujón le sacara de esa obcecación monógama; puede que se planteara el follarse a otras, quizá volviera a sentirse joven, a recordar que todo eso de la estabilidad conyugal no iba con él, que él era libre y no estaba para aguantar tonterías. Él se había divorciado un año antes de que yo me casara, y lo que yo quería era que volviera a ser el tío que me intentó convencer de que me había vuelto loco cuando compré el anillo; el tío que después me dijo “Te lo dije”. Ese tío seguía dentro de mi colega. Sólo había que despertarlo. Además jamás aceptaría explicaciones de ella. Sólo obedecería a su propia tozudez, su encefalograma plano, su humanidad:

Esta carta es sólo para avisarte. Esa chica con la que estás no es trigo limpio. No importa quién soy, no me conoces, sólo importa la información que voy a darte.
Hace poco estuve con tu novia, quedamos un par de veces y follamos. Yo no sabía que ella tuviera novio. Pero ahora que lo sé quiero avisarte. Porque además no soy yo el único que se la ha beneficiado. Se dedica a chatear para quedar con tíos. Engaña porque parece tímida al principio, pero está claro que tiene un problema con el sexo.
Puede que seáis una pareja liberal. Pero por si acaso he querido que sepas lo que hay.

[Nueva recomendación musical: The National. Poco puedo decir sin decir alguna tontería de fan, hay que escucharlos (video). Solo diré que hay mucho estilo, mucha elegancia de la de verdad y por lo tanto, temazos. Cambiando de tercio, ya se ha acabado el festival de Venecia; “Somwhere” de Sofía Coppola se ha llevado el gordo (lo cual hace que se doblen mis ganas de ver la peli, así que la espera será insoportable). Por otro lado, «Balada triste de trompeta» de Alex de la Iglesia se ha llevado los premios de mejor director y mejor guión. Y Mila Kunis, musa reconocida (por mí) de este blog, ha ganado el premio a la actriz revelación, por «Black Swan» de Aronofsky. Me encanta este Palmarés. Para la foto, como Coppola ya tiene hasta un oscar, he tenido que elegir entre Alex y Mila.
Actualización: A propósito de «The National», podéis encontrar un artículo mío sobre ellos en la revista digital Paniko Nuclear (blogroll)]

44 comentarios en “Primera cita con Helena de Troya

  1. Joder jordi(m). Acabo de volver de fiesta. Y hay nuevo relato, ¿tú tampoco tienes sueño o qué? En fin… me quedo leyendo. Espero que sea con final ¿feliz?, no quiero tener pesadillas esta noche.

  2. Personaje muy bien construido. Demasiado, quizás. Y estoy con él; vaya mierda lo de los atardeceres. Vaya mierda la poesía de atardeceres. Vaya mierda creerse uno que está enamorado.
    Qué bien, hoy estoy optimista… La influencia de Bukowski, que a mí tambien me gusta (es que no habla de atardeceres ñoños)…
    Espero que no tarde mucho el próximo relato.
    Saludos

  3. Necio:

    ¿No crees que el amor es el truco más utilizado para conseguir sexo? No el amor en sí, sino el amor como truco…
    Creo que la frase se entiende perfectamente.

    Saludos a todos.

  4. Me impacta leerte.Hay tantas cosas aquí plasmadas que me asombra la capacidad que tienen tus textos para hacerme enmudecer.Enhorabuena.Y sí, absolutamente de acuerdo con el uso que se hace del amor para llegar al sexo.No nos enteramos que no tiene por qué ir asociada una cosa con la otra.Otro lastre educacional más a deshechar. Un abrazo

  5. La verdad es que no sabía que esta chica era rusa hasta ahora y eso que la disfrutaba en That 70’s Show! Bien merecido lo tiene!!

    Siempre una duda es más poderosa que cualquier motivo o argumento.

    Abrazo!!

  6. Me ha gustado mucho tu relato, lleno de frescura y realismo y como describes a sus personajes.
    Tambien quiero darte las gracias por tu visita.

    Besos.

    Lunna.

  7. No conocía a The National y me han encantado. Cada vez que oigo hablar de un nuevo grupo de Brooklyn, mi corazón da un vuelco: Beirut, Scott Matthews, The Antlers, Home Video… y ahora The National 🙂 También he visto que habías recomendado a Sufjan Stevens… Muy chulo su EP. Un saludo.

  8. Esta vez me quedo con el tercer pàrrafo: Los adictos de la memoria selectiva y la chorrada del carpe diem.
    Debe haber màs de una Helena de Troya por ahì. No està bien mejicanear la novia de un colega.

  9. Yo, como Cordelia, pensaba también que la carta era para ella. Pura ingenuidad de 15 años, ya ves, el tiempo no enseña que las mujeres nunca leen poesía..

    Y siempre hay una Elena que justifica una guerra con todo su juego sucio..

    Un placer conoceros, por cierto.

  10. Una historia de amor «unilateral» muy bella y muy bien contada, pero que me ha dejado hecha polvo…de verdad.
    Se me caen las pestañas postizas de lo bien que escribes, desde ahora soy «idola» tuya, pero me dejó triste este desparramiento de visceras sexo-sentimentales…
    Y es que he leido muchos posts anteriores y me dejaste una sensación muy rara.

    Un beso.

  11. Creo que mucho de esto tiene que ver con la naturaleza de los fluidos que corren en tu interior. Creo que los hombres necesitan expulsar esos líquidos de manera natural, y así hay que verlo, y saberlo, que masturbarse ademas de ser un placer, es una necesidad.

    Besos.

  12. ajja Jordim, hoy tu post se me ha hecho endiabladamente corto… Lo has dejado en lo más interesante, y aunque como siempre tus reflexiones son geniales y escribes como nadie, me he quedado con ganas de saber que pasaba después de emitida esa carta. Y es que a los cortos de entendederas nos gustan, ya sabes, los finales cerrados, jaajaj.

    Voy a oir a este grupo. La chica es mona, aunque se que dicho así queda cutre, pero decir eso de una actriz quiere decir que tiene futuro en Hollywood, creo.

  13. Jordim, tus relatos, «azotes de la humandidad», me siguen divirtiendo, y provocando alguna reflexión tardía. Y me trasladan.
    Lo que más aprecio, literatura aparte que también, es el tono de día de furia, su absoluto perfil de políticamente correcto.
    Qué hayan muchos más.

  14. Un descubrimiento tu blog, espero poder darle un repasillo estos días, a posts de atrás, pero el texto me ha encantado. No te conozco lo suficiente para saber si es relato, si es real, en cualquier caso apoyo a aquellos que necesitan saber más sobre Helena de Troya, o más bien sobre lo que le ocurrió luego de esa carta. ¿Sería cierta real e inocentemente? ¿Sería una pareja liberal? ¿Aceptaría el protagonista que a fin de cuentas lo que más le dolía es que su amigo tuviese el éxito que él anhelaba? (Y es que ya se sabe, culo veo, culo quiero, dicen)

    Bicos Ricos

  15. Pimpf:

    En algún momento del relato queda bastante claro que lo que siente el protagonista no es envidia, y que no hay aquí ninguna pareja liberal. Y si acaba así es porque lo que me interesaba contar es la fase de crisis, el modo en que el personaje decide afrontar esa situación. Para este relato, lo que viniera después ya me parece casi carente de interés; ¿se la liga? ¿queda con ella? (el título da a entender que una vez al menos sí) ¿Ella se olvida de él y de su novio? ¿no se olvida?… Creo que esa parte ya sería aburrida en lo que a este cuento se refiere.

    Gracias por pasar y leer. Por cierto, aquí todo son relatos.

    Saludos a todos.

  16. Buen relato Jordi. Me gusta la forma en que el amor impera sobre la apatía que podía sentir el protagonista. Y me parece del todo justo que luche por el amor verdadero contra su mejor amigo (lo que dificulta la decisión).
    Como hoy estoy un poco cansado, volveré a leerlo pronto.

    Grandísima recomendación nos ofreces tanto aquí como en Pániko Nuclear. Me ha gustado mucho el directo, aunque la realización del vídeo aún podría estar mejor, el grupo sí que sabe expresarse y darle vida a la canción. Gracias!

    Pd) El nuevo relato con Lily que comentaste ¿está aún por publicar?

    Saludos.

  17. Hola, Gracias!
    escucho lo q se puede…. y mis oídos tienen q escuchar algo bueno, para q el resto pueda vivir Mejor….

    mi blog es soso, comparado a este… eso d escribir se ta da bien, veo.

    hace tiempo en una galaxia d mi vida lejana, yo escribía, pero como digo hace tanto tiempo q ni recuerdo el aquello de ponerme a escribir, con sentido o sin él…

    saludos!,
    una seguidora desde hoy más!

  18. Bueno, yo también soy Laura, sin signos de admiración. Me gustó el relato, un poco amargo. TAmbién escribo pero de momento no publico en la web, solo lo hice con 8 breves cuentos y me arrepentí; mi blog está en construcción y en cualquier momento lo condimento, pasaré cualquier día de estos por el tuyo, saludos Y saludos para Laura! también

  19. Dicen que la mujer utiliza el sexo para conseguir amor y que el hombre utiliza el amor para conseguir sexo… Creo que es cierto en la gran mayoría de casos.
    Me gusta como escribes, tus textos enganchan (no suelo leer relatos tan largos por internet). Y se hacen cortos.
    Gracias por tu visita (y qué envidia tantos comentarios que tienes…:-))
    besos

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