Carta anónima publicada en la revista GGT (Guía de la Guía Tab)
Valoración del editor/supervisor: Una pluma.
Es como antes con las revistas de cine o musicales. Quizá el mundo iba por ese camino. Cierta película tiene tres estrellas de cinco. Tal disco tiene cuatro y media, también de cinco (¡guau!, debe ser bueno…) Es ilusión de control. Un filosofo siempre ha sido alguien que tiene la carrera de Filosofía; si no, eres como mucho un pedante. Siempre hemos tenido facilidad para medirlo todo. Es la cultura de lo mensurable a cualquier precio. Ya lo era antes en muchos ámbitos, no debería extrañarnos tanto lo que ha pasado después.
Primero les tocó a los servicios (los lavabos). Quita las estrellas con las que se valora a las películas y en lugar de eso pon cinco pequeños retretes coronando la crítica. ¿Tú qué tienes en casa, un tres de cinco?, un tres de cinco está bien, es lo aceptable. Si alguien entra en el lavabo que sea y no hay papel higiénico, ese servicio no va a pasar de los dos retretes. Un hotel de cinco estrellas no puede bajar de los cuatro retretes en ninguna habitación; esto incluye pequeños detalles como toallitas de algodón para secarse (una cada vez), ducha, bañera, y por supuesto papel higiénico, siempre ha de haber papel higiénico (no puedes limpiarte el culo con una toallita).
Dada pues la nueva filosofía de ponerle nota a todo -algo que antes solo se hacía vía exámenes tradicionales-, nacieron los Supervisores. Cada vez hay más nuevas carreras de corta duración para seguir estudiando (lo que el escritor Jonathan S. Cuthbert ha llamado: «La inflación gratuita del ego»). Los futuros Supervisores que se encargarán de valorar a los padres, tienen básicamente tres asignaturas a aprobar con nota: Padres por accidente y decisión de continuar, Padres por voluntad propia, y Padres por obligación y/ o deseo ajeno (esto incluye a las típicas niñas que se quedan embarazadas en el lavabo de una discoteca y cuyos progenitores no tragan con el aborto). El Supervisor o Supervisora de turno acompaña a la familia durante un año, y valora la situación en base a dónde encaje entre las tres asignaturas/categorías. Tres bebés de cinco no está mal. Dos de cinco empieza a estar mal visto. Uno puede hacer que la familia tenga que entregar al niño en adopción. Esto último se da en situaciones extremas, en las que los padres maltratan al crío, lo explotan para ganar dinero, o dejan que sea educado básicamente entre canguros (la muchachas cuidadoras, no los animales; aunque esto último tampoco estaría bien visto).
Aplícalo al sexo. Hay Supervisores especializados en valorar a los hombres durante el coito (éstos, en este caso, son siempre mujeres), y Supervisores que se encargan de las mujeres (normalmente hombres). En parejas homosexuales, igual (con Supervisores gays y lesbianas). Esta práctica es la base de diversos conflictos en muchas relaciones. Puede que un día tu pareja se muestre en exceso melosa, incluso habiendo estado algo distante en la cama últimamente. Puede que te lleve a una habitación de hotel cutre en plan Promesa de Sexo Sucio, y que, al llegar, veas ya en una esquina a una extraña con una libreta y gesto adusto: una Licenciada en Supervisión de Capacidad Sexual Masculina (asignaturas básicas: Proceso de Preliminares, Colaboración para la Compenetración, Búsqueda del Orgasmo Femenino y Naturalidad General del Encuentro).
La valoración oficial de un Supervisor es material completamente válido en futuros procesos judiciales. Pero sobre todo es una cuestión de estatus. Se aplica la filosofía del sistema educativo de toda la vida regido por los resultados de los exámenes a básicamente casi todos los ámbitos de la vida. Negarse a todos los modos de supervisión te convierte prácticamente en un anarquista, o básicamente en alguien que tiene demasiado que esconder; tanto como para no dejar que valoren y puntúen debidamente tu vida, con lo que los demás tendrían una idea de a qué se atienen cuando se relacionan a cualquier nivel contigo.
¿Alguien ha puntuado ya tu nivel de higiene general?, ¿sabes organizarte en el trabajo?, ¿cómo empleas tu tiempo libre?, ¿qué puntuación global tiene tu casa?, ¿y tu salud?, tres estetoscopios de cinco como mínimo, espero… ¿Cómo me iba a relacionar con alguien con dos de cinco?… quizá fumador, mala alimentación, poco deporte… Te podrías morir mañana…
Son profesionales, te dirá todo el mundo. Deberías ponerte en sus manos, te dirán. ¿De qué tienes tanto miedo?, te reprocharán. Nunca afrontas las pruebas de la vida, te aleccionarán.
En las distintas publicaciones que nutren los Supervisores, se encuentran distintos ejemplos de esta cultura del análisis concienzudo al que ya la mayoría de personas e instituciones se someten en pos de ganarse la Credibilidad Oficial.
O Filósofo o Pedante. Y nadie quiere que le crean pedante, aunque lo sea. Pero con tus certificados de Supervisión se lo pensarán dos veces antes de poner en tela de juicio tu valía como ser humano, sea en el ámbito que sea.
Tu capacidad sexual se mide con pequeños brazos en tensión mostrando bíceps; tres brazos de cinco es más que aceptable. Si eres mujer, el símbolo son unos labios abiertos en forma de O con carmín rojo; y lo mismo, tres labios está bien, con eso ya eres alguien en la cama. Nadie te lo puede negar.
(Pero. En el caso de las mujeres, en este ámbito sexual, las que tienen cinco de cinco procuran evitar el tema de la supervisión por miedo a ser consideradas poco menos que unas guarras. Nada ha cambiado, con los hombres un cinco de cinco es prácticamente su mayor atractivo como pareja potencial.)
¿Tu casa es acogedora, bonita, etcétera? Eso se mide con chimeneas. Tres no está mal, pero la gente suele buscar las cuatro. Existe cierto tipo de orgullo inmobiliario.
Nivel educativo en la mesa. Platos. Tres platos significa que eres correcto (aunque justito) a la hora comer. Esto se basa en valoraciones como el no hacer ruido al masticar, comer la cantidad correcta, encender o no la televisión, amabilidad para con tus comensales…
Tu nivel de conversación se mide con un punto negro. Nadie sabe por qué… Un supervisor te acompañará a distintas reuniones sociales y se dedicará a tomar apuntes mientras tú haces vida social. Se requieren unas diez salidas de esa naturaleza. Tres puntos significa que se te puede aguantar. Cinco que la gente no se siente incómoda contigo ni tan siquiera durante largos silencios.
Etcétera.
(La lista de Supervisiónes potenciales es prácticamente infinta. Aquí sólo he querido exponer algunos ejemplos.)
Lo siguiente es un artículo/análisis final publicado hace dos meses en la revista Realízate, precisamente aludiendo al análisis conversacional. El supervisado que firmó previo pago el permiso de publicación es Antonio Sánchez Patán, arquitecto, casado y con dos niños. El Supervisor, Lorena Buñuel Retana (a su vez, editora de la revista).
Análisis final general del sujeto Antonio Sánchez Patán. Llamado comúnmente «Toni». Y “Tirillas” si su mujer no es partícipe de la conversación/reunión.
El sujeto Antonio se muestra cohibido en la mayoría de las reuniones. Parece tener un solo amigo auténtico (hay ciertas sospechas relacionadas con él que parecen más bien infundadas, y que por tanto aquí no abordaremos).
El sujeto Antonio, en sus salidas, suda de forma prominente dejando grandes cercos húmedos en la zona axilar en cualquier tipo de prenda. Esto condiciona en grado sumo cualquier tipo de encuentro, ya sea de naturaleza familiar, amistosa o conyugal. En el trato con sus hijos se muestra sorprendentemente seguro, responsable y hasta atractivo desde el punto de vista femenino. Pero en los roces conversacionales con adultos recurre a menudo al silencio, cuando no divaga durante minutos y minutos sobre cuestiones de trabajo o los distintos y poco significativos lances hogareños en casa con sus hijos. El aburrimiento se suele apoderar de la conversación en su turno de palabra. Parece que el sujeto Antonio intenta compensar su aspecto exterior a menudo casi sonrojante con un discurso calculadamente adulto que no suele encajar con el ambiente lúdico que se busca en la mayoría de reuniones amistosas; o en celebraciones como cumpleaños, comuniones, o simplemente cenas de viernes en las que la tranquilidad y el aislamiento de los asuntos laborales deberían ser óptimos.
El sujeto Antonio, pues, recibe la puntuación de dos puntos. A la espera de un nuevo análisis acordado una vez solucionado su problema axilar.
Lorena Buñuel Retana
Realízate
La cultura de la supervisión crece como la espuma en un mundo ya repleto de seres solo atentos con la búsqueda de la aprobación ajena total. Aceptación absoluta.
Servidor no tiene una vida, tiene la carrera de Informática, tres retretes, cuatro estetoscopios, dos bíceps en tensión, cinco chimeneas, tres puntos, dos platos, una mujer con cuatro labios, un perro con dos colas y un jardín con tres flores.
[Con mi afición a los videoblogs, de vez en cuanto se encuentra algún canal majo: atención a la muchacha del video. Abajo, sigo con Kate… hacía la compra, parece…]