Gente inteligente sobre el papel, y con capacidad para argumentar, que se enfada y (se) pierde si no les das puntualmente sus potitos de razón. Da igual lo que digan, si no estás de acuerdo en algo, piensan “Ya no te estoy”. Y luego lo llevan a cabo.
Gente que luce modelitos adultos de razonamiento, y que luego reacciona como si se pintaran los mofletes de rojo en la fiesta de cumpleaños de sus amiguitos.
Gente que está moldeando su ideología según cómo suene más agresiva o chocante.
Dicen que son buenos, conocen mil formas de hacerlo.
Gente que discutiría con su abuelo si le oyeran largar chorradas racistas u homófobas.
Gente infantil, pero no como los niños, ni de lejos. La palabra «infantil» se ha vuelto polisémica.
Gente que usa la retórica, que la desgasta hasta servir sólo como trapo. La retórica es la mayor amante. La haces pasar por análisis, por bisturí verbal. Absorbes cualquier cosa con ella, la retórica, esposa y amante. Puedes hacer que cualquier asunto parezca amenazante, que cualquier motivo sea bueno para indignarse.
Da mucho gusto. Alguien hace algo. Y entonces llegas tú, tu patrulla de la moral, de la estética, de la ética, policía del mundo, pero policía molona. Has leído dos libros sobre el tema, has asistido a tres conferencias. Puedes hacer que cualquier cosa parezca veneno. Que lo sea o no, no son asuntos de este momento de la Historia. Tu peli es cianuro, tu canción, tu gag, tu chiste malo, tu personaje, el comentario que hiciste hace dos meses a eso de las dos de la tarde justo antes de sorber un poco de tu café. Todo eso FOMENTA el mal. Y no me hagas hablar de aquel café y todo el terror inherente a él. No me desafíes, puedo encadenar veinte tuits con literalmente Lo Que Sea.
El mundo está podrido, y por tanto esa gente se cabrea (o aprovecha para parecer cabreada). Enciende antorchas y pasea en grupos digitales con ellas. Si te pones a repartir culpas, a repartir chapas, a repartir lecciones, enseñanzas, ¿tiene que ser por algo, no? ¿Con eso no se folla?
Gente 2017. Especismo, veganismo, feminismo, apropiados, pegan con todo: mira cómo molo. Amontonar palabras, teñirlas de religión. Gente que tiene La Respuesta. Gente que sabe quién eres y cómo eres si no te presentas como recluta. Gente que no sabe que puedes estar de acuerdo con ellos y aun así discrepar en algunos puntos.
Gente digna. Hay escotes hinchados y paquetes a punto de explotar. Sólo de pura dignidad.
Aliados, se dicen algunos. Otra oportunidad de oro perdida para callarse. Con todo lo que hay que callar.
Gente que dice tener amigos de todas las razas y gustos sexuales. Te lo repiten, te lo recuerdan, se lo tatúan.
Te presentan las pruebas, arrugas el ceño. Te miran: ¿Y mi medalla?
Gente hermosa, maravillosa, ejemplar. Te gritan al oído que lo son, aunque no haya pruebas de su acción. Gente que finge que no tiene pensamientos oscuros. Que asegura no fantasear ni moverse como un animal.
Gente que niega la doblez, el matiz, la ambigüedad. La dificultad que no les interesa observar.
Que juzga el modo en que los demás buscan el orgasmo.
Gente que te etiqueta del mismo modo que se autoetiquetan.
Que se vanagloria por el método de desplegar toda su hermosa humildad.
Gente que no sabe que tener razón y decir tonterías pueden convivir a la perfección.
Palabras para hacer que el mundo parezca fácil, que la causa de los problemas parezca fácilmente detectable. Generalización, delicada situación, opción a veces inevitable, pero para muchos ahora única opción. Os voy a explicar por qué toda esa gente es mala y yo no.
Disparo de salida. Tengo un montón de insultos para ti, mientras sigo aprendiendo porque yo no fardo.
Nací como soy porque con mi humildad guerrera iluminaría el mundo, con simbología y filosofía de tan solo dos posiciones. Tengo un montón de frases que apoyan la tesis de por qué todo es blanco o negro. Algunas las saqué de un libro, otras lucen de maravilla con mi pelo.
Ser una palabra, un símbolo, integrante de un solo grupo, de una sola doctrina, de una idea, de una sola ampliación del campo de batalla.
Gente maravillosa. Gente necesaria, y gente tan tonta o lista como el resto, en esta especie tan parecida a un aborto, que de milagro nació por cesárea.
Tengo una sospecha con fundamento que tu texto refuerza, todo esto es un síntoma del mundo. Cada vez va a más, es un manifiesto de su enfermedad, una señal de que algo está ocurriendo, u ocurrirá. Muy potente y atinada tu proyección de hoy, para el estudio y el auto-análisis.
Hablar sin saber. Creo que esta es la enfermedad más grave de todas.