–Cillian, no sabes cuánto me alegro de verte.
–Ñe…
–¿Cómo?
–Ngñe…
–¡Claro que no!
–Mng…
–Dime, dónde están tus amigos.
–Nñe… ñe
–¿Ahí están?
–Ñie…
–No toques eso.
–Ñe…
–Te vas a cortar.
–Mñe…
–¿Cuánto llevas aquí?
–Ññe…
–¿Tanto hace?
–Nñe…
–Cada vez lo haces mejor.
–Ñi…
–Espera.
–Ñoe…
–Acércate y siéntate ahí.
–Mnnññe.
–Qué tal.
–Ñe…
–Ahora atiende. No sé si vendrá alguien. A ver…
–¿Ñe…?
–¿Cómo?
–¿Ñiii…?
–¿Dónde has aprendido eso?
–Ññ…
–¿Quieres una manzana?
–Ñe…
–¿Un zumo?
–Ñe…
–¿Que nos vayamos?
–Ñe…
–¿Que nos quedemos?
–Ñññe…
–Ponte aquí.
–Ññe… ñe.
–No.
–!!Ñe!!
–Espera.
–…
Muy bien. Coge esta bandera. Es más bonita que la vieja, ¿a que sí?
–Ñe…
–Cada vez estás más mayor. ¿Cuántos años tienes? Con las manitas.
–…
–¿Tres veces diez?
–Ññññne
–¿Y cuánto es eso?
–Nññenñenñe…
–¿Cuánto es eso?
–¡Ñe!
–Deja el móvil.
–Ññ…
–Mírame.
–Ñ…
–No. Así no.
–¡¡¡Nñññe!!!
–No babosees el móvil. Estate quieto.
–Ñe… ¡Ñe!
–No hagas eso. Para.
–Ñe…
–No. No te quites eso.
–Ñññe….
–Así mejor.
–Ñoñ…
–¿Te gusta eso?
–Ññe…
–Brilla mucho.
–Ñme.
–Qué canción más bonita suena ahora, ¿no la oyes?
–Ñeeee….
–No te toques eso. Ahora esta canción no nos gusta. La vamos a quitar.
–Ñe…
–La verdad es que estás sanísimo.
–Ñe…
–Qué energía.
–Ñeñe…
–Vamos a poner otra canción bonita. Y luego la tele. ¿Vale?
–Nññe…
–Y luego vamos a ir a la ventana, a ver cómo se va el sol.