Debido a las acusaciones vertidas sobre mi persona en los últimos días, me siento obligado a dar algunas explicaciones, tanto a mis allegados como a los fans.
Ciudadanos que tengo en alta estima, me han aconsejado sencillamente callar, pero he preferido escribir estas líneas aquí, en el Daily Planet (donde tengo una amiga), aun a riesgo de que el asunto tarde más en enfriarse.
A fin de cuentas, he sentido la necesidad de ordenar las ideas, y poner en claro algunos de los problemas que comporta el mero hecho de convivir con mi poder.
Para empezar, he de decir que todas las acusaciones de abuso y maltrato son absolutamente falsas. He recibido una educación basada principalmente en el respeto a las mujeres y los niños.
También es falso el testimonio del único hombre que me ha acusado de una violación en cierto bar de carretera. Mi presencia allí tuvo que ver exclusivamente con el rescate de un niño que había caído a un pozo cercano.
(Insisto en mi pésame a la familia.)
Se han dicho cosas terribles sobre mí; demasiadas como para reproducirlas todas aquí. No es necesario.
Principalmente se me ha llamado violador y pederasta.
Se ha dicho que me aprovecho de mi poder para con las mujeres, y que atraigo a los niños gracias a mi traje y mi carisma.
Se dice que desempeño esta faceta durante la noche y en callejones. E incluso que abusé del niño del pozo, que inicialmente hubiera estado vivo.
Todo falso. Total y absolutamente falso.
Hace unos años tuve un accidente en Smallville. Me disculpé una y mil veces de lo sucedido allí, cuando mantuve relaciones con una chica del pueblo y eyaculé sin control y de la peor manera.
A día de hoy sé que la chica está bien, sé que ha recuperado el habla por completo y casi el cien por cien de la movilidad.
Aquel desgraciado accidente se ha vuelto a sacar a la palestra en decenas de versiones distintas, cada una más aberrante que la anterior.
Fue la peor experiencia de mi vida. Y sí, fue culpa mía. Pero fue el único episodio desagradable que he tenido relacionado con el ámbito del sexo.
No quisiera desaprovechar este comunicado para aclarar el resto de bulos.
No tengo problemas con mis genitales, no llevo una vida sexual disoluta, no practico el travestismo ni frecuento cierto tipo de ambientes.
Tampoco practico la zoofilia. El video que se ha viralizado está en manos de mis abogados, aunque las evidencias de que se trata de un desconocido fornicando con un caballo son palmarias. El video empalma una situación real desagradable con efectos especiales perfectamente demostrables. Siento que, por razones que desconozco, el animal sufriera lesiones que le llevaran a la muerte, y lamento la perdida de su dueño, pero no soy en absoluto responsable de su desgracia.
Sigo considerando que mis poderes son un regalo, pero no solo míos, sino de todos los que los necesitan.
Recuerda que tu historia también es parte de la historia de otras personas, y que sólo los débiles sucumben a la brutalidad.
S.